Conticinio: Cómo San Germán se convirtió en San Jerónimo de las Lomas
- Ada Torres
- 10 sept
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 12 sept
No nací en San Germán, y confieso que jamás he ido a un juego de Los Atléticos. Sin embargo mi conexión con esa ciudad centenaria es tan palpable, que aparece en mi cuerpo de trabajo una y otra vez; la protagonista de la novela "Cuerpos desechables" es de origen sangermeño, y mi nueva novela, "Conticinio" se desarrolla en un pueblo idéntico a San Germán, por mencionar dos instancias. Tampoco soy supersticiosa o esotérica (cualidades que resultan muy útiles en esa ciudad), y sin embargo cada vez que voy allí siento que mis musas y musos se alborozan y demandan atención inmediata.

En la primavera del año pasado fui muchas veces a San Germán para conversar con historiadores, investigar el desarrollo de la industria de la aguja allí a principios del siglo XX, y la arquitectura de la casa en particular que aparece en la novela "Cuerpos desechables". Durante esos días, el encantador Tony Linares (actual dueño de la casa que visita la protagonista de la novela, y donde tuve el placer de quedarme) y mi embajadora de San Germán y amiga, Moraima Cintrón, me llevaron por un laberinto de leyendas, tradiciones, supersticiones e historias ocultas que pulsaban con vida. Hubo almojábanas con café, hubo atardeceres viendo la capilla, hubo largas conversaciones de literatura y de arquitectura (también se colaron algunos chismes históricos) y paseos por cada rincón del pueblo. Fueron días inolvidables.


En una de esas visitas a San Germán me encontré sola una noche con algunas horas libres, luego de dictar una conferencia en la Universidad Interamericana. Caminé hasta la plaza Santo Domingo y me senté en un banco mirando la capilla Porta Coeli a mi derecha y la mansión victoriana Morales- Lugo de frente. Abrí mi iPad y de un solo intento, como guiada por un espectro con prisa de quedar plasmado, salió la primera versión de "Hábito de luna llena", el cuento que precedió la novela "Conticinio". Luego de escribir la historia de sor Marianita, quien escapaba del convento las noches de luna llena usando los túneles subterráneos del pueblo, parece que la monja ficticia no quedó satisfecha. ¡Qué va! Ella demandó una novela. Y así fue; ya aprendí hace tiempo que con las musas y los espíritus de San Germán no se discute. Aunque Marianita no es la protagonista de "Conticinio", sí es un hilo conductor, una presencia continua y una metáfora del mismo pueblo y sus habitantes. La familia central de la novela, los Sanluca, son los descendientes que le siguieron a Marianita. Gracias a mi monja por la inspiración y la insistencia.

"El Cubujón", cuyo interior inspiró el bar speakeasy "El Círculo Azul" que aparece en la novela.
"Conticinio" se desarrolla en un pueblo ficticio llamado San Jerónimo de las Lomas en un país de habla hispana que nunca se identifica en la obra. El eje de la trama gira en torno a una antigua casona perteneciente a la poderosa familia Sanluca que ejercen una enorme influencia en todo aspecto de la vida de la ciudad: son los fundadores, los representantes laicos de la Orden de Malta en el país, y entre sus miembros hay santas, alcaldes, ministros y tentáculos a los niveles más íntimos del partido oficialista. Pero los siglos han pasado, y la era dorada de los Sanluca va menguando en el siglo XXI hasta que la falta de liquidez comienza a ser un problema para el último de los herederos de la casa: Porfirio Sanluca. Porfirio se las ingenia para ejecutar un complejísimo juego político y también muy personal, y a través de la venta de influencias logra deshacerse de la legendaria casa y huir del país, no sin antes dejar una estela de escándalos y problemas legales que amenazan la estabilidad del "Mandatario" y su gobierno.
Con la partida de Porfirio, la casona recibe a un nuevo ocupante: Maximiliano Borroto, un profesor de filosofía que llega al pueblo de la mano de su esposa, la abogada que defenderá a la omnipresente “Corporación” de una demanda ambiental que salpica al gobierno y al partido. El apacible Maximiliano se encuentra de repente inmerso en una madeja de secretos que lo obliga a confrontar, no solo el pasado de la casa, sino las verdades del presente que lo han llevado a una existencia insostenible. En su desesperada búsqueda de respuestas, el profesor se cruza con una mujer que ha visto en sus sueños y con una periodista que lo ha visto todo. Juntas, lo guían a través de un laberinto sepultado en las paredes de la misma casa que lo contiene y que lo observa en el conticinio.

Pero esta es también la historia de un pueblo que paga caro por su memoria corta y su adicción al veneno particular que produce la mezcla de la religión, el poder corrupto y la política. En "Conticinio" se puede atisbar al futuro, porque la obra mira, precisamente, hacia lo que hemos olvidado del pasado.
Justo el día en que la novela fue enviada a imprimirse, entré por primera vez a la casa Morales Lugo, invitada por su dueña, Marina Morales. Pude haberlo gestionado mucho antes, pero escogí que la historia de la casa y los siglos de intrigas de sus habitantes nacieran en mí sin la influencia de saber de la familia verdadera. Como para probar una vez más que los espíritus que habitan en San Germán tienen su manera de hacer las cosas, en cuando recorrí la casa y comencé a charlar con Marina, nos dimos cuentas de las muchas coincidencias entre lo que imaginé (y escribí) y la realidad de la casa en su interior.

Pero hubo otros puntos de conexión que nos sorprendieron aún más a ambas: el tema de la casa que desea convertirse en museo, el padre coleccionista de arte y artista en sí mismo (en la realidad, el genial pintor sangermeño Waldemar Morales Lugo), la importancia de la cúpula de la estructura, el amor por la literatura y la historia que se encierra allí, la distribución misma de la casa, entre muchos otros detalles. El abrazo que nos dimos Marina y yo al despedirnos fue uno de esos en los que "reconoces" a alguien, como si nos hubiéramos cruzado antes. Gracias, Marina, por una tarde indescriptible y por abrirme las puertas de tu casa. Gracias también a San Germán, cuna de Lola Rodríguez de Tió, por la inspiración y las muchas bienvenidas. Es menester dejar consignado que "Conticinio" solo toma prestada la historia centenaria de esta ciudad, su geografía, su arquitectura y su sabor particular. La historia de las familias, de la casa Morales-Lugo y de los lugares mencionados, son ficción.
Les entrego esta, mi quinta novela, con todo mi amor. Que disfruten de esta aventura tanto como yo gocé de escribirla. "Conticinio ya está a la venta en todos los formatos en Amazon, incluyendo Amazon-España, y pronto estará a la venta en Puerto Rico y la diáspora.